Investigadores desarrollan biofungicida para combatir enfermedad en la producción de jitomate

0
417

El jitomate es una de las hortalizas más cultivadas en México y en el mundo debido a su importancia económica y valor nutricional. Uno de los principales desafíos durante su producción es la marchitez causada por el hongo Fusarium, que reside en el suelo y es difícil de controlar.

Esta investigación tiene el potencial de mejorar significativamente la producción de jitomate y reducir la dependencia de los productos químicos en la agricultura. (Foto: Especial)

Para abordar este problema, el biólogo Marcos Espadas Reséndiz, del Laboratorio de Fitopatología de la FES Cuautitlán, y el ingeniero Jonathan Alfredo Fernández Mendiola, de la Sección de Agroecosistemas y Sanidad Vegetal, han desarrollado un biofungicida que combate esta enfermedad, conocida como damping off o secadera de plántulas.

Un biofungicida es un compuesto que utiliza microorganismos beneficiosos como hongos o bacterias para combatir enfermedades de las plantas, estimular sus defensas naturales y reducir la resistencia de los hongos patógenos. Además, es ecológico y no daña a polinizadores ni a la fauna benéfica.

Los investigadores utilizaron cepas nativas de Trichoderma, un género fúngico que tiene propiedades micoparasitarias y antibióticas, esto lo convierte en un agente de control biológico. Aislaron siete cepas de Trichoderma de Coatepec Harinas, una región importante para la producción de jitomate en el Estado de México, y encontraron que la cepa T. harzianum fue la más efectiva contra el hongo Fusarium.

El biofungicida desarrollado a partir de esta cepa se probó en almácigos (semilleros) de jitomate, y los resultados fueron prometedores. Controló la enfermedad y promovió un crecimiento más saludable de las plantas, lo que las hizo menos susceptibles a plagas y enfermedades.

Investigadores del FES Cuautitlán crearon un biofungicida para combatir cultivos de jitomate. (Foto: Especial)

El equipo está llevando a cabo pruebas en la producción de jitomate en invernaderos, utilizando una concentración cercana a la de los productos comerciales. El proceso de producción es económico y puede realizarse en menos de 25 días.

Este enfoque de control biológico ofrece una alternativa sostenible a los productos químicos que a menudo se utilizan en la agricultura. Además, ayuda a mantener un agroecosistema más sustentable, reduce costos, y produce productos agrícolas de mayor calidad y seguridad alimentaria.

El siguiente paso para este biofungicida es obtener su registro, lo que requiere una identificación más precisa de la cepa y pruebas adicionales. Además, los investigadores han estado construyendo un cepario de hongos, que incluye cepas nativas de diferentes regiones de México y puede ser utilizado para investigación.

Comentarios

comentarios