Las inyecciones de la bacteria Mycobacterium vaccae, que vive naturalmente en el suelo, ayudan a recuperarse del estrés y mejoran la conducta en ratones, según un nuevo estudio publicado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias.
Los investigadores, de la Universidad de Colorado (EU), hallaron que la M.vaccae impidió también el desarrollo de colitis inducida por el estrés, un síntoma típico de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), lo que sugiere que la inmunización con las bacterias pueden tener una amplia gama de beneficios para la salud.
«Los ratones inmunizados respondieron con una conducta de enfrentamiento al estrés más proactiva, una estrategia que ha sido asociada con la capacidad de recuperación del estrés en los animales y los seres humanos», dijo Christopher Lowry, profesor asociado en el Departamento de Fisiología Integrativa en la Universidad de Colorado y uno de los directores de la investigación.
El equipo científico comprobó que los ratones que recibieron una alta dosis de la bacteria tuvieron aproximadamente la mitad de comportamientos de huida y estrés ante una agresión que los ratones que no fueron tratados, tan solo durante la primera hora de experimento.
Los ratones inmunizados continuaron mostrando una disminución de los niveles de comportamientos sumisos de una a dos semanas después del tratamiento.
Los datos revelados sobre la colitis, que se mide por el daño celular en el colón, también experimentaron una mejora del 50 % en comparación con los animales que no habían sido expuestos a la bacteria.
La investigación pone de relieve la importancia del microbioma de un organismo para prevenir y hacer frente a las enfermedades relacionadas con las inflamaciones y las enfermedades psiquiátricas.
«Una inyección de M.vaccae no está diseñada para dirigirse a un antígeno en particular de la forma en que lo haría una vacuna, pero en su lugar activa respuestas inmunorreguladoras del individuo para protegerlo de inflamaciones inapropiadas», dijo Lowry.
La conocida «hipótesis de la higiene» sostiene que las costumbres sanitarias, el uso de antibióticos y los cambios en la dieta en la era moderna han reducido en gran medida la exposición humana a bacterias del medio ambiente y otros organismos inmunorreguladores, disminuyendo así la diversidad de microbiomas humanos y su capacidad para enfrentarse a ciertas enfermedades.
La falta de exposición a estos organismos se cree que contribuyen a la actual epidemia de enfermedades inflamatorias en las sociedades urbanas modernas.
«Continuamos observando cómo estas bacterias de origen natural pueden modular el sistema inmune de maneras que podrían ser beneficiosas» para el ser humano, añadió Lowry.