Juegos en la red

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En estos días ha surgido como un tema de atención para todo el mundo mundial un reto denominado La Ballena Azul.

La literarura disponible dice que todo comenzó en Rusia, hace un  par de años, y que ahora se ha extendido por las redes sociales como un juego macabro y trágico, porque se le atribuyen suicidios de jóvenes.

Sobre este tema circulan muchas medias verdades y mentiras completas, pero no deja de ser preocupante que haya quien las crea y se enganche.

Según se sabe, en el juego los administradores le asignan tareas a los participantes o jugadores, que van desde hacerse daño hasta escuchar algunas canciones o dejar de hablar durante un lapso determinado hasta la muerte.

Aunque no existen casos confirmados que vinculen el supuesto juego con algunas prácticas, y tampoco con algunas muertes, sí se han registrado algunos grupos en redes sociales con varios miles de miembros en español, inglés, portugués, francés, ruso y otros idiomas.

Pero sea verdad o mentira, siempre en lo relativo al uso de las redes sociales por parte de niños y jóvenes, es vital la comunicación y atención de los padres de familia o personas al cuidado de los menores de edad. Lo señalo con la mayor claridad posible: las reglas de la vida real también se aplican en línea. La vida digital no es independiente de la vida real. Es verdad que debe prevalecer el respeto en el uso de las redes por parte de jóvenes y niños, pero también que no se renuncia a la paternidad y maternidad en las redes sociales.

Y a los jóvenes y niños hay que decirles que todo lo que escriben en línea llega a ser público. Que las redes sociales son herramientas, no juguetes. Y que los juegos tienen consecuencias.

Por cierto, en estos días está de moda la serie 13 reasons why, que se puede ver en Netflix. Véanla. Hay mucho que aprender sobre lo que pasa con adolescentes y jóvenes. Sobre la necesidad de comunicación de todas las partes: jóvenes, maestros, consejeros, padres, amigos… Nunca nadie está solo, aunque a veces lo parezca.

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