Una de las características que más se critica de los toluqueños es que solo saludan una vez al día. Al primer encuentro.
Pero, ¿qué hay de los adultos, jóvenes y niños que en la actualidad ni siquiera voltean a ver a la gente y se limitan al pasar por su lado, diciendo un simple «comper»?
¿En dónde quedaron la cortesía y buena educación?
Puede ser que un solo saludo al día incomode a muchos pero hacer evidente que los demás pasan desapercibidos es preocupante.
Negar el saludo por estar atentos al celular o porque no se nos viene en gana, es una muestra de la hostilidad en que vivimos.
La contraparte, saludar, ayuda a mejorar nuestras relaciones cotidianas y contribuye a la convivencia pacífica.
Saludar es igual de importante como respirar.