La semana pasada el diputado federal de Nueva Alianza, Ángel García Yáñez, propuso una ley para que cada seis años se renueve la Cédula Profesional en México a fin de evitar que charlatanes o estafadores abusen de la población, especialmente en temas de salud.
La idea desde luego es útil si traemos a la mente casos cotidianos de cirugías mal hechas, promesas de mejoras a la salud en enfermedades consideradas incurables y tratamientos vanguardistas y hasta milagrosos.
Pero el buen juez por su casa empieza. El diputado Ángel García apenas terminó la preparatoria por lo que carece de autoridad formal y moral para exigir en materia de licencia profesional. Por otra parte, ya estamos en el siglo XXI y todavía no se legisla para que diputados y senadores cuenten con estudios superiores que les permitan establece las leyes y acciones que guían al país. Y nadie puede negar que esto hace falta.
El legislador ignora además situaciones como la cantidad de requisitos que pide la SEP, el costo y periodo de entrega de la cédula profesional. Más bien podría sugerir por ahí algunos cambios o en la modernización del sistema de manejo y control de profesionistas además difundir entre la población el uso del Registro Nacional de Profesionistas.