En nuestro país no se puede crear una nueva Constitución que supla a la de 1917 y que es la que actualmente nos rige, así lo señaló Luis Barron, profesor investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).
Explicó que si «hubiera un grupo parlamentario o hubiera diputados de varios partidos que dijeran, yo creo que sí pudiéramos convocar a un Congreso Constituyente, la corte diría eso no es posible; y si los diputados lo hicieran a pesar de la corte, la obligación de la corte sería decir: eso es un golpe de estado».
Añadió que la única forma de hacerlo es a través del método que reconoce la misma Constitución que es la figura de reforma de sus 136 artículos que la integran. Para ello, se requeriría del consentimiento de las dos terceras partes del congreso federal y después de la mitad más una de las legislaturas de todo el país.
El historiador dijo que en términos prácticos eso es posible, sin embargo, en términos políticos es casi imposible ya que los partidos políticos no lo aprobarían y mucho menos las legislaturas estatales.
Puso como ejemplo a la Constitución de la Ciudad de México donde se vieron las problemáticas de este ejercicio desde la convocatoria a un constituyente, el cual llega para suplir a los partidos políticos, sin embargo, en este caso la ciudadanía pudo elegir un solo integrante.
Luis Barron detalló que de inmediato los partidos políticos se pusieron a negociar los programas de gobierno y no los derechos sociales, por lo que manifestó que trasladar este ejercicio al ámbito federal sería más complicado.
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