Pese a que nos encontramos en el Siglo XXI de una nueva era, aún la ciencia no logra establecer qué sigue después de la vida como la conocemos. En cambio, las variadas religiones continúan fomentando la fe entre sus seguidores de que la muerte corporal no es el fin de nuestra existencia.
Sin embargo, para creyentes o no, la donación de órganos es de base científica pues permite la prolongación de vida de enfermos terminales en tanto que, en términos de religión, se llega a considerar un acto de generosidad y continuidad de vida del donante.
En nuestros días, el sector salud dentro y fuera del país registra aumento en la demanda de trasplantes de órganos a causa del aumento en la incidencia de enfermedades crónicas, el envejecimiento de la población y el estilo de vida actual. Pero, tan solo México, sigue teniendo cuatro donadores por cada millón de habitantes.
Sea por ciencia o religión «la donación de órganos puede ser la prueba palpable de que existe vida después de la muerte», como y se ha dicho por promotores.
Hoy 27 de febrero es Día Internacional del Trasplante de Órganos. Hagamos conciencia en la importancia de donar órganos, tejidos y células en caso de muerte cerebral o en el umbral de la muerte.
