Ante las cifras de aumento de delincuencia y las críticas ciudadanas por la falta de acciones preventivas y combativas del delito en Toluca, el estado de México y el país, no dejemos de lado un causante mayor de la delincuencia: la situación económica.
Si bien ser pobre no es sinónimo de delincuente, la pobreza, falta de empleo y condiciones de empleo, son detonantes de delitos.
Solo por mencionar, la desocupación de los jóvenes en México es de 9.7 por ciento, debajo del promedio de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos.
La económica mexicana no atraviesa un buen momento y en los últimos dos años la tendencia de crecimiento ha sido a la baja, según el INEGI, que fundamenta su apreciación en indicadores de economía global, industrial, de bienes y servicios, asegurados en el IMSS, desempleo urbano e importaciones.
Economía y delincuencia van de la mano como un caminante.