En México y el mundo, los que saben acerca del panorama de la investigación (sea de frontera o aplicada) aseguran que el principal problema que enfrentan los científicos es la endogamia.
Tan es así, que ya la segunda acepción del término en algunos diccionarios es “selección de profesionales entre los mismos de la profesión o entre los que les son muy cercanos, de manera que no se permite la entrada de personas ajenas al mismo”.
Lo que puede ocurrir en una licenciatura, escuela, facultad, centro de investigación, universidad o instituto.
Sobre todo cuando, como en el caso de México, los recursos para la investigación son escasos.
Los que ya están en el sistema le cierran las puertas a los que aspiran a entrar. O les ponen trabas o le procuran la entrada a sus cercanos.
Por eso es de celebrarse que el rector de la Universidad Autónoma del Estado de México, Alfredo Barrera Baca, haya anunciado la contratación anual de 40 profesoras de tiempo completo durante el periodo 2017-2021. Sobre todo, porque se ha propuesto establecer buenas prácticas, acciones afirmativas, medidas de nivelación que incorporen la perspectiva de género, reducir las brechas de injusticia y desigualdad.
Aunque no es sencillo, porque habrá inercias que romper, voluntades que convencer y poner en el centro de todo que el crecimiento de las áreas de investigación de una universidad depende del renuevo. También lo dicen los que saben: la endogamia reduce la productividad.
