El Estado Libre y Soberano de México cumple años el día de hoy. Este 2 de marzo de los corrientes se celebra la erección del Estado de México. Es decir, el día en que se erigió esta entidad federativa, según recuerdo de mis clases de historia en la primaria y conforme el celebre Alfonso Sánchez García, mejor conocido como El Profesor Mosquito, lo dejó claramente en su muy gustada Historia del Estado de México, publicada en el sexenio hankista.
Abro paréntesis. Lo de “erección” ahora remite a muchos a la connotación sexual de la palabra, y prefieren el término fundación. Pero como al arriba firmante le vienen guangas las connotaciones que las buenas conciencias le dan a las palabras —cada quien su conciencia y sus ideas—, prefiere mantenerse en el término clásico aprendido en sus años de instrucción primaria y en la primera acepción que le da al término el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y de la Asciación de Academias de la Lengua Española. Incluyendo la mexicana. Aunque reconoce que la pía sociedad de sociedades pías se impuso. Y ahora la palabra para designar el nacimiento de la entidad de la república mexicana llamada México es “fundación”. Para tranquilidad de sus moralinos y pecaminosos conceptos. Cierro paréntesis.
El Estado Libre y Soberano de México nació el 2 de marzo del año de gracia de 1824 en la Ciudad de México, que fue su primera capital. Desde entonces fue una entidad eminente en el panorama nacional, por su extensión y población. Lo sigue siendo, aún y cuando se le quitó el territorio de la actual Ciudad deMéxico, y de los estados de Guerrero, Morelos e Hidalgo.
La prístina cuna, la prepotente existencia moral, que dice el himno escrito por Heriberto Enríquez y musicalizado por Manuel Esquivel, es sin duda —no me gana el sentimiento de haber nacido en este estado— la entidad más importante de la república mexicana. Con carencias e insuficencias, desde luego, pero trascendental. Estado fundador de la federación mexicana. La entidad más poblada, una de las de mayor biodiversidad, una de más industrializadas del país, una de las que más aporta a la economía nacional. Sostén, con sus aportaciones al fiscal federal, de entidades con menor desarrollo económico. Con una alta recepción de migrantes internos, que comprueba que es terreno de oportunidades educativas, económicas y sociales.
Y con una población que en la pena es sufrida y estoica. Aguantando vara ante la inseguridad y las carencias que provoca su permanente crecimiento demográfico y que todos conocemos.
A 198 años de distancia de la erección del Estado de México, celebremos a la entidad que a unos nos vio nacer y a otros los ha alojado con prodigalidad. Así como somos: un alma de fuerza y de amor.