Los ciclos agrícolas marcaron en la época prehispánica los calendarios, y las festividades, cultos, ritos, y la vida en general de los pueblos mesoamericanos.

Ante ello, en lo que hoy es el actual territorio mexicano, los colonizadores españoles acoplaron las grandes fiestas católicas a las grandes fiestas prehispánicas relacionadas al ciclo agrícola.
Es por ello que el 24 de junio es una de las fechas que destacan en nuestro país por su celebración tan arraigada en la población católica al celebrar el nacimiento de San juan Bautista, pero también se asocia con la temporada de lluvias, algo que no es casualidad ni desconocido por los pueblos originarios del país y de la entidad.
Y es que a pesar del sincretismo cultural de los pueblos originarios y España, el simbolismo básico se conserva en las fiestas populares con muchos elementos de la estructura interna y la simetría del calendario mesoamericano, así como de los ritos agrícolas sustentados en él.
De acuerdo a estos calendarios prehispánicos esta fecha se relaciona con las fiestas de la petición de buenas aguas, y el alejamiento del granizo, y que además va ligado con los ciclos agrícolas, y es la fecha, 24 de junio, la que para los pueblos del norte del valle de Toluca, marca el inicio ‘formal’ de la temporada de lluvias.
Al respecto, exísten diversas investigaciones que aluden a este sincretismo, y aparece resumido claramente en Santos, fiestas y maíz: cristianismo agrícola mesoamericano, de Ramiro Gómez Arzapalo, doctor en Historia y Etnohistoria de la UIC, quien aludió a la intervención de personajes divinos y cómo se reintegraron a las prácticas culturales.
En su trabajo afirma que “Si bien el sistema religioso de los antiguos pobladores fue devastado durante la Colonia, la actividad agrícola básica de la época prehispánica trascendió hasta nuestros días, donde los actos rituales tienen a los aires, la lluvia, el cerro y el maíz como entidades sagradas.
“Las comunidades fueron integrando a santos católicos que por su iconografía o por sus atributos fueron y son considerados útiles en el proceso productivo agrícola de acuerdo con su cosmovisión”.
Cabe señalar que para muchos investigadores, los días más importantes que se empataron de los calendarios, tanto agrícola como católico son: el 2 de febrero (Día de la Candelaria), 3 de mayo (Día de la Santa cruz); 29 de septiembre (Día de San Miguel Arcángel), 15 de agosto (celebración de la Virgen de la Asunción que coincide con la temporada de cosecha) y el 2 de noviembre (festividad de Día de muertos).