La cosa esa de los tiempos políticos es algo que atienden los políticos en público.
En privado, de lo que se habla en los corrillos políticos del estado de México es de la elección del año próximo.
De los posibles, de los más posibles, de los menos posibles, de las filias y de las fobias.
De quienes quieren y pueden. De los que pueden, pero no quieren. De los que quieren, pero no pueden. De los que quieren, pero están como en la tercera división. De los que quisieron y siguen queriendo. De los que quisieron y quisieran, pero ya nadie se acuerda de ellos.
Y el arriba firmante ha propuesto una quiniela. Pero todavía no encuentra el cómo.
Lo que sí puede decir es que los priistas están (muy) seguros de que retendrán la gobernatura del estado de México. Pero también de que no lo harán con cualquier candidata o candidato. Y también están seguros de que el grupo más cercano al gobernador del estado, Eruviel Ávila —los que han estado en el primer círculo del jefe del Ejecutivo del estado desde hace mucho tiempo— tiene escasas posibilidades de sacar a un candidato. Además de asegurar que el gobernador Ávila no ha querido hacer “grilla” —juntarse— con personajes de la vida política asentada en Toluca. No sé si eso será verdad, pero que lo mencionen tiene su interés.
Pero más cómo ven el futuro cercano. Lo que prefiero contar mañana.