La libertad de expresión y la no discriminación son temas sobre los que vale la pena reflexionar, en un país en el que la agenda de los derechos humanos está cobrando fuerza y donde los contextos discriminatorios forman parte de la realidad social mexicana, señaló el director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Pedro Salazar Ugarte.
El académico destacó que en nuestro país existen las llamadas “discriminaciones estructurales”, que no las vemos y las perpetuamos, sin darnos cuenta de que discriminamos.
Al dictar la conferencia magistral La libertad de expresión y el principio de no discriminación, Salazar Ugarte subrayó que si bien en el texto constitucional ya figuraba un párrafo referente a la no discriminación, la reforma constitucional de 2011 en materia de derechos humanos, le dio mayor relevancia al tema, en una sociedad en la cual, por muchas y lamentables razones, nos discriminamos unos a otros de manera constante.
En el marco del Segundo Congreso Internacional de Filosofía del Derecho, Pedro Salazar Ugarte consideró que existen dos tradiciones importantes en la forma como se trata la libertad de expresión: la europea y la norteamericana. La primera tiene una mayor disposición a aceptar límites a la libertad de expresión, sin considerar que ello atente contra los pilares que sustentan al Estado constitucional y democrático de derecho; mientras que en el contexto norteamericano, los límites a la libertad de expresión son excepcionales.
Consideró que sería benéfico incorporar estas tradiciones a la reflexión jurídica nacional, para enriquecer los criterios que se generan en torno a estos dos derechos.