Con una sonrisa en los labios, Citlali recibió la noticia de que no regresaría a clases hasta el próximo 17 de mayo, para ella el Coronavirus es un tema lejano, no lo entiende y a su corta edad tampoco le preocupa.
Ella vive en una zona rural de la comunidad de San Mateo Atarasquillo en el municipio de Lerma, en su casa no tienen computadora y acceso a internet, su papá es trabajador de la construcción, al igual que su hermano mayor y su mamá es trabajadora domestica.
A su papá ya lo descansaron y el último día de trabajo de su hermano es el próximo sábado, pero Citlalli no sabe de los problemas familiares, solo tiene en mente que va a descansar un mayor número de días y eso significa quedarse en casa a jugar con sus tres hermanos mayores.
-Tengo alegría, porque ya no voy a la escuela, me da flojera ir
¿Si te dijeran que tienes que tomar clases por internet podrías?
-Si
¿En tu casa tienes computadora?
-no
¿A dónde tendrías que ir?
-Al internet
La sonrisa, que la pequeña comparte, no la tiene su mamá, quien todavía, tiene uno de sus dos trabajos, pero que asegura es poco y al mismo tiempo mucho sí se trata de la educación de sus hijos.
Estudiar por internet es complicado para la familia, no tienen computadora y acceso a la red como el 60 por ciento de la población que vive en zonas rurales. La mamá de Citlalli asegura que lo poco que saque de ingresos lo invertirá para pagarle el internet a su hija, aunque no tengan para comer.
“La verdad buscaríamos un internet y yo también vería como hacerle para que mi hija vaya, porque su papá ya no trabaja y yo no trabajo, aquí necesitamos el dinero y si no tenemos ¿Cómo le hago pa’ que estudie?!
En tanto, se llega la determinación de las autoridades, Citlalli hace las tareas que le dejaron en su escuela, lleva cuatro, pero su mamá le deja todos los días hacer multiplicaciones, sumas, restas y divisiones, más estas últimas, “no sabe dividir”, dice su mamá.
Son las 10:00 de la mañana y la pequeña Citlalli, con dos trenzas en el cabello, desayuna, ve la televisión con sus hermanos, mientras que su mamá hace tortillas hechas a mano, en espera de regresar a clases.
