Una de las consecuencias de la pandemia del COVID-19 a nivel país ha sido la pérdida de empleos formales e informales. La suspensión de las actividades económicas en los sectores industrial, comercial y de servicios resultó en el despido de empleados de todos los niveles sin que hasta el momento exista un número total. De su parte, el INEGI ha dado a conocer que de enero a junio se reportaron más de 951 mil puestos de trabajo perdidos con base en las bajas de afiliaciones al Instituto Mexicano del Seguro Social.
El asunto con la pérdida de empleos es la merma del poder adquisitivo de las personas y su incursión en la necesidad económica y pobreza. No hay que olvidar que de cada 10 empleos en México, al menos seis son informales lo que representa que se viva al día y carezca de vacaciones, aguinaldo y servicio médico.
Al respecto del desempleo, gobiernos como el del estado de México han anunciado que apoyarán con tres mil pesos, en dos exhibiciones a los desempleados, pero no hay como saberse ocupado y con ingresos seguros.
