Labor editorial una práctica política porque favorece la discusión de las ideas

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Las prácticas editoriales son prácticas políticas porque editar un libro, una revista o un periódico es una forma de hacer política, en el sentido de que, a través de las publicaciones, se abren discusiones públicas o se interviene en ellas, se dijo en la presentación del libro Prácticas editoriales y cultura impresa entre los intelectuales latinoamericanos en el siglo xx, coeditado por El Colegio Mexiquense, A. C., y la Universidad Autónoma Metropolitana-Cuajimalpa, y coordinado por los historiadores Sebastián Rivera Mir y Aimer Granados.

(Foto: Especial).

En Casa Toluca, la sede de la institución académica en la capital del estado, Regina Tapia Chávez, investigadora con licencia de El Colegio Mexiquense, A. C.y directora del Archivo General Agrario, y Ana Cecilia Montiel Ontiveros, investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de México, reconocieron en el libro un esfuerzo importante por rescatar un fragmento de la historia de la relación de algunos de los intelectuales latinoamericanos más releventes del siglo pasado con el mundo editorial.

Explicaron que al editar se fijan posturas ideológicas pues se materializan ideas, y esto es una clara muestra de acción política, sobre todo en el siglo xx, en que América Latina recibió la influencia de movimientos de carácter global, como el triunfo de la revolución bolchevique, la expansión del socialismo y el comunismo, el ascenso del fascismo y la guerra civil española, entre otros.

Sin embargo, lo impreso ya no tiene hoy la centralidad que tuvo en el siglo xxen América Latina, debido a que las nuevas tecnologías le están dando a los medios digitales el papel que antes tuvieron periódicos, revistas y libros, coincidieron.

Ello no significa que la cultura impresa vaya a desaparecer, dijo Regina Tapia Chávez, pues los soportes digitales son poco adecuados para registrar y guardar información que hoy se considera efímera, lo cual podría dificultar el trabajo de los historiadores que vengan en el futuro y quieran recuperar lo que hoy se pierde de manera instantánea.

Entre los intelectuales estudiados o mencionados están el mexicano Alfonso Reyes, quien fundó la Casa de España en México, origen de El Colegio de México, A. C.; el poco conocido pero influyente editor de izquierda Rodrigo García Treviño, quien dirigió la editorial América; el argentino Carlos Dujovne, el peruano José Carlos Mariátegui, el dominicano Pedro Henríquez Ureña -que influyó mucho en su pares mexicanos de la primera mitad de siglo-, el uruguayo Ángel Rama y el también argentino Arnaldo Orfila Reynal, quien dirigió el Fondo de Cultura Económica en México y fundó la influyente Siglo xxiEditores.

Participan en la obra Gustavo Sorá, Juan Carlos Reyes Pérez, Sebastián Rivera Mir, Adriana Petra, Isabel de León Olivares, Aimer Granados, Diego Zuluaga Quintero, Juan David Murillo, Claudia Darrigrandi, Antonia Viu y Juan Carlos Gaona, de instituciones como la Universidad Adolfo Ibáñez, el ciesas, la uam, la Pontificia Universidad Católica de Chile, el inah, la Universidad Nacional de San Martín y la Universidad Nacional de Córdoba, entre otras.

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