Por desgracia, las abejas se encuentran se encuentran en grave peligro de extinción. Mientras cumplen con el deber otorgado por la naturaleza, la maravillosa polinización, estas hermosas polinizadoras se exponen a agroquímicos que conducen al Síndrome de Colapso de Colmenas (CCD) — una de tantas consecuencias achacadas a Monsanto y el cultivo de transgénicos.
Afortunadamente, estamos a tiempo de apoyar a las abejas para que continúen con su trabajo, produciendo miel y esparciendo el polen; son alas de vida que nutren, reproducen y embellecen la naturaleza misma. Para alejarlas de los químicos, los pesticidas y los azúcares de baja calidad — léase dulces, refrescos y demás alimentos procesados —, podemos ofrecerles más flores para trabajar y nutrirse.
- Flores nativas. Acude a un invernadero cercano, o pregúntale a tu jardinero, para comprar alguna flor de la región. Como es una planta endémica, realmente será de bajo mantenimiento.
- Plantas tradicionales. Elige flores como petunias, amapolas, margaritas, claveles, geranios, rosas, caléndula, girasoles.
- Hierbas. ¡Las abejas aman las hierbas! Elige menta, lavanda, romero, albahaca, tomillo — claro, también las puedes utilizar.
- Vegetales. Si tienes un espacio más grande, no dudes en cultivar pepino, cebolla, cebollín, calabazas, brócoli y coliflor.
- Frutas. Ahora, si piensas en árboles frutales, puede ser un manzano o un cerezo; un arbusto de moras es excelente opción.
Con información de: VeoVerde