Las amenazas de Trump

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El célebre pintor italiano Leonardo Da Vinci, que vivió entre los años 1453 y 1519, llegó a afirmar que la amenaza es el arma del amenazado.

Una frase que en nuestros días calza perfecto con el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Este sujeto, de antecedente empresario, no ha parado de proferir advertencias desde que se postuló como candidato y ahora como futuro presidente.

Que si un muro entre su país y México; que la deportación masiva de inmigrantes ilegales; que los musulmanes no entrarán más a Estados Unidos; que Hillary Clinton irá la cárcel a Estados; que va a renegociar o en su caso cancelar el Tratado de Libre Comercio.

¿De qué puede sentirse amenazado para amenazar al mismo tiempo?, ¿de su capacidad para ejercer un puesto público y por cierto, el de presidente de la primera potencia del mundo?; ¿de que no goza de toda la simpatía nacional e internacional?, ¿de que sus amenazas, como las palabras, también se las lleva el viento?

Donald Trump puede seguir con intimidaciones, incluso a México y los mexicanos. Se siente amenazado. Y su arma es la amenaza.

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