Las carreteras, también en mal estado

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Si las vialidades urbanas están llenas de baches, las carreteras federales o estatales no se quedan atrás.

La carretera Toluca-Atlacomulco es un ejemplo. Se trata de una vialidad estatal, concesionada desde hace lustros, y en esta temporada de lluvias tiene un desgaste que no habíamos visto en mucho tiempo: baches, pavimento en mal estado, falta de vigilancia y, de paso, demasiados accidentes.

Y aún con el pésimo estado en el que se encuentra, se trata de una de las carreteras con mayor mantenimiento en los últimos años.

Así que podemos hablar del sur de la entidad, en donde las carreteras también resienten la temporada de lluvias, el abandono y el gasto ineficiente, pues a pesar de un rimbombante programa denominado caminos del sur, que se ejecutó el año pasado, las carreteras del sur de la entidad padecen baches, deslaves e improvisaciones. Lo mismo sucede en las carreteras libres que atraviesan el valle de México de poniente a oriente.

En suma: el estado de México vive hoy en medio de una infraestructura vial en mal estado. Abandonada hace años y, por lo tanto, cuyo costo de reparación ha superado cualquier capacidad gubernamental. Podría tomar años su recuperación.

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