Mientras la atención mediática del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México se centra en las fallas mecánicas de aeronaves y el susto de los pasajeros, las instalaciones de la terminal aérea se distinguen por sus filtraciones de agua pluvial.
La principal puerta de acceso a México para los pasajeros procedentes de otros países, o Migración para ser exactos, presenta goteras en sus pasillos, al grado de que los empleados instalan cubetas para recibir el agua y evitar encharcamientos.
La escena se torna desoladora a modo de bienvenida a México pues te reciben con instalaciones deficientes pero también se convierten en un riesgo de humedad y más grave, de cortos circuitos.
A esta situación se añade el desgaste del piso, azulejos y baños en todo el aeropuerto debido al recurrente tránsito de pasajeros y sus pertenencias así como la limpieza superficial.
Nuestro principal aeropuerto en México adolece de seguridad y calidad de servicios. Esto habla de su descuido ante la construcción de la nueva terminal aérea, ¿qué hay del servicio genuino a los usuarios?
