Cuando las hormonas responsables del estrés se liberan en el organismo, las neuronas localizadas en el cerebro de la mujer son más sensibles que las del hombre.
Al tener más receptores hormonales la mente femenina reacciona en exceso y por ello es más propensa a sufrir los síntomas recurrentes en personas estresadas.
Por lo tanto el cerebro de las mujeres es más sensible a la acción del estrés, mientras que los hombres tienen la capacidad de adaptar sus neuronas y resistir los efectos más comunes.
Las presiones, obligaciones, tareas y búsqueda de buenos resultados se convierten en un problema. Además, les dejan sin tiempo libre ni espacio para ellas mismas.
Las consecuencias del estrés en la mujer son:
- Variación en su carácter y su humor
- Dificultades para dormir
- Altera su capacidad para tomar decisiones
- Menor rendimiento en el trabajo
Si bien se puede creer que el femenino es el “sexo débil” porque reacciona de cierta forma ante los problemas o circunstancias de la vida, lo cierto es que, por el hecho de ser más fuertes, acumulan más tareas y obligaciones.
Por ello los hombres son menos sensibles a los problemas y más resistentes a las presiones.
La enorme carga a la que se enfrenta el sexo femenino hoy en día (deben ser líderes en el hogar y en la oficina) se traduce en mayores problemas para afrontar el estrés, la ansiedad o los nervios.
Esto no significa que no estén preparadas ni tengan la capacidad de lograr el éxito en ambos o varios frentes, sino que en determinado momento se genera un “desborde” de sus capacidades mentales.
