Aunque el gobierno municipal de Toluca anunció que reforzaría la supervisión del Reglamento de Tránsito para evitar que los conductores de vehículos se estacionen en lugares prohibidos, los resultados no son del todo visibles.
Influye desde luego el limitado número de policías frente a la gran cantidad de vehículos y calles de la ciudad pero también la escasa colaboración de habitantes que desconocen o les vale la existencia de normas de conducir así como el uso adecuado y disposición del espacio público.
Estacionados en doble fila y con las manos en la nuca conductores ven pasar a sus similares zigzagueando para rebasarlos. Otros conductores fingen que no ven u oyen cuando se les advierte de su comportamiento ya sea verbalmente o mediante el sonido del claxon.
Las normas de circulación se respetan porque fueron establecidas para mantener el orden y evitar problemas y accidentes viales.
Es obligación de los conductores informarse sobre el acto mismo de conducir y por tanto, de estacionarse. «No hay nada más terrible que una ignorancia activa», según el poeta alemán Goethe.