Investigadores del Colegio del Rey, en Londres, aseguran que las personas preocuponas o que se angustian fácilmente tienden a estar más desarrollados y son personas más creativas.
Aseguran que la conexión entre la ansiedad y la imaginación es más fuerte debido a los altos niveles de actividad espontánea en las partes de la corteza prefrontal medial, los cuáles activan la percepción consciente a la amenaza y a su vez provoca que las personas entren en pánico antes que la gente común.
Esto se debe a que este tipo de personas posee alta actividad en el núcleo basolateral de la amígdala, lo que significa que pueden experimentar intensas emociones negativas, incluso cuando no hay amenaza presente.
Los científicos señalan que por razones neuronales específicas, las personas neuróticas tienen una imaginación muy activa, que actúa como un generador amenaza incorporado.