Con el regreso a clases empezaron las juntas de maestros y padres de familia para establecer la forma de trabajo durante el nuevo ciclo escolar. Y la escala de calificaciones es, como siempre, centro de debate.
Se supone que a los profesores los capacitan en la forma idónea de evaluación y ponderación de los porcentajes pero a los papás sigue sin convencerles. Especialmente en el apartado de tareas.
Los argumentos de los papás que se oponen a las tareas es que los niños tienen otras actividades por la tarde. Que como niños deben socializar y jugar.
El origen de las tareas es crear hábitos de estudio, trabajo y responsabilidades en los estudiantes y desde luego, reforzar el aprendizaje logrado en la escuela.
Pero siendo honestos, a los niños no les gustan las tareas escolares y de hecho las odian, tanto o más que los padres de familia que deben supervisarlas.
¿Entonces qué, que se supriman las tareas?, o ¿que se reduzcan al mínimo?