En la primaria aprendí que la estación de frío se llama invierno. Y que aunque en la república mexicana baja la temperatura, el invierno no es tan inclemente como al norte del Trópico de Cáncer, adonde la nieve y las temperaturas por debajo de los 0 grados son cosas normal.
Así que cuando el invierno llega, me abrigo y disfruto. Sí, hace frío. No soy tan tonto para negarlo, porque así ha sido en esta época del año desde tiempo inmemoriales. Tampoco me quejo, porque no cambiaría nada.
Algunos inviernos hemos tenidos en el valle de Toluca temperaturas de 10 grados bajo cero y las quejas o lamentaciones hasta ahora no han conseguido que el termómetro suba.
Por eso es que quiero dejar constancia de este hecho: está científicamente comprobado que decir que hace mucho frío, quejarse de la temperatura de congelación o negarse al baño cotidiano no modifica el clima ni hace subir la temperatura.
Es que he visto en estos días en las redes sociales toda clase de muestras de descontento con las temperaturas invernales.
También por eso quisiera hacer de su conocimiento que en las zonas tropicales las temperaturas son más benignas: 31 grados en Tuxtla Gutiérrez o 29 en Mérida, cuando en Toluca tenemos 14. O si prefieren algo más lejos, 33 en Maracaibo, Venezuela, y 32 en Guayaquil, Ecuador.
Aunque les advierto que allá tampoco funciona quejarse de las temperaturas.