La superficie ocular de los usuarios de lentes de contacto tiende a contener bacterias que normalmente se hallan en la piel que rodea al ojo lo que puede representar un riesgo para la salud ocular, así lo advierte un estudio realizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York.
Los científicos señalan que a causa podría ser la interacción entre el dedo y el lente, o por el acto en sí de utilizar lentes de contacto.
Esta alteración en la composición microbiana deriva en queratitis, una inflamación de la córnea, dolorosa y potencialmente grave.
Los expertos recomiendan lavarse bien las manos antes de poner los lentes de contacto, limpiar los lentes de contacto con regularidad y reemplazarlos de acuerdo a la recomendación médica.