La propuesta legislativa del diputado priista Alfredo Quiroz Fuentes, de otorgar licencia a las servidoras públicas cuando tienen malestares físicos por la menstruación, viene a visibilizar uno de los temas importantes entre las mujeres. Comúnmente se mantiene a la menstruación como algo oculto, privado, repulsivo, sucio y de vergüenza, y ni siquiera se le llama por su nombre; la referencia es a “Andrés”, “Ando en esos días”, “Traigo aquellito” o “Me cantó el gallo”.
En su periodo mensual las mujeres llegan a presentar calambres en las piernas y la espalda, cólicos, dolores de abdomen, coágulos, náuseas, vómito y dolor de cabeza. Aparte, tienen hinchazón, irritabilidad, aumento de peso y fatiga. En muchos casos, estos síntomas imposibilitan llevar a cabo las actividades normales.
De transitar la propuesta de ley habría que adicionar un artículo a la Ley del Trabajo de los Servidores Públicos del Estado de México y Municipios para que las mujeres puedan acceder a un permiso de ocho horas al mes si así lo requieren habría un avance en la dignificación de la mujer y quitar tabúes.
La menstruación es parte del proceso reproductivo y por tanto, de la fertilidad. Tienen que desaparecer los prejuicios alrededor de aquella y hacerse naturales cosas tan sencillas como comprar toallas sanitarias y tampones sin que los envuelvan en papel periódico y dejar de ir al baño a escondidas.