Entre risas, porras y gracias más de 300 payasos de la Asociación Grumepac llegaron a la basílica de Guadalupe para agradecer, entre otras cosas, tener el don de hacer reír a la gente y que la crisis aún no les haya pegado.
Después de mediodía los integrantes del Grupo Metropolitano de Payasos A.C. (Grumepac) iniciaron su peregrinación que describieron como una payasada en honor a la virgen, desde las inmediaciones de la glorieta de Peralvillo hasta las instalaciones del templo marista.
Vestidos con ropa de trabajo, con sus caras pintadas, zapatos grandes y cientos de globos con formas de flores, mariposas y hasta vírgenes, los más de 300 payasos recorrieron la Calzada de la Virgen en donde no faltaron los insultos por parte de los automovilistas. Sin embargo «para nosotros es un honor visitar el templo de la Virgen, quien año con año nos apoya y ayuda a provocar en la gente sonrisas y alegría», expresó el Mago Margarito.
El representante del Grumepac explicó que esta es su peregrinación número 17 y que ahora el principal agradecimiento es porque la crisis económica no haya pegado a su gremio, sino por el contrario siga haciendo falta un payaso en las fiestas infantiles.
Los organizadores son él y el payaso Purrón Pluf, quienes indicaron que cada año su organización destina más de 15 mil pesos para esta peregrinación anual, ya que brindan alojamiento, alimentos y apoyo a los payasos que vienen de otras entidades del país.