Cada año, durante el Día de Muertos, que se conmemora entre el 1 y el 2 noviembre, los pétalos de la flor de cempasúchil (cuyo nombre científico es Tagetes erecta) marcan los senderos desde el camino principal de la casa hasta el altar para guiar a las almas y rendir homenaje a los difuntos.
A menudo llamada flor de muerto, la flor de cempasúchil es uno de los elementos más representativos del Día de Muertos y no puede faltar entre las ofrendas del altar. Su uso es parte de la tradición local desde hace cientos de años y no se limita solo a este homenaje, sino que también se ha utilizado como medicamento y en gastronomía. He aquí 4 curiosidades sobre esta especie de flor.
La flor de cempasúchil es una planta herbácea anual con aroma, capaz de alcanzar los 1.8 metros de alto.
Pertenece a la familia Asteraceae, un grupo de plantas que se caracteriza por presentar las flores agrupadas en capítulos. Específicamente, forma parte del género Tagetes, que es endémico del continente americano y del cual existen 35 especies en México, de las 58 referidas para América, describe el documento El recurso genético cempoalxóchitl (Tagetes spp.) de México (Diagnóstico), publicado en 2014.
Esta flor es originaria de México y su nombre proviene del náhuatl Cempohualxochitl que significa veinte flores, explica un artículo publicado en el sitio web del Gobierno mexicano.
Según esa fuente, los mexicas relacionaban el color amarillo de esta flor con el sol y la consideraban un símbolo de vida y muerte. Debido a eso, comúnmente la utilizaban en los altares, ofrendas y entierros dedicados a sus muertos.
Las culturas prehispánicas valoraban los beneficios medicinales de esta especie vegetal. Entre esos usos, que también son aprovechados en la actualidad, se pueden mencionar el alivio ante padecimientos digestivos, como método para bajar la fiebre e incluso como tratamiento para enfermedades respiratorias como la tos, enumera el artículo gubernamental.
Además, suele emplearse para aliviar los cólicos menstruales. Y en algunas zonas se utiliza para tratar problemas de la piel como salpullido, llagas y verrugas. También se usa para evitar el insomnio, para calmar los nervios y para controlar los ataques epilépticos, señala la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana, un servicio digital que ofrece diferentes recursos de información recolectada por diversos pueblos indígenas.
La referencia más antigua de estos usos se encuentra en el Códice Florentino, una enciclopedia del siglo XVI que abarca todos los aspectos de la vida y la cultura de los antiguos pueblos del Centro de México, donde se señala como ceremonial y estética.
No solo como ofrenda del Día de Muertos o medicina, la flor de muerto también se emplea en los más diversos rubros.
Conforme al artículo del gobierno mexicano, “se utiliza para obtener colorante natural para teñir objetos, prendas o alimentos, en la avicultura suele usarse para alimentar a las aves con el fin de que su piel y la yema de los huevos aumenten su coloración amarilla, también es la materia prima para elaborar cervezas artesanales, nieves o un buen pulque”.