La plantación de nuevos corales en arrecifes degradados puede conducir a una rápida recuperación: los arrecifes restaurados crecen tan rápido como los arrecifes sanos después de sólo cuatro años.
El Programa de Restauración de Arrecifes de Coral de Marte intenta restaurar los arrecifes degradados trasplantando fragmentos de coral a una red de “Estrellas de Arrecife” interconectadas (estructuras de acero recubiertas de arena). En este contexto, los investigadores estudiaron estos arrecifes para evaluar si la restauración de los corales puede recuperar las importantes funciones ecosistémicas de un arrecife saludable.
“La velocidad de recuperación que vimos es increíble”, afirma en un comunicado la autora principal, la doctora Ines Lange , de la Universidad de Exeter. La experta agrega que si bien la restauración de los arrecifes no puede resolver el problema de que los arrecifes están gravemente amenazados por el cambio climático, “demuestra que las acciones de gestión activa pueden ayudar a aumentar la resiliencia de arrecifes específicos y recuperar funciones importantes que son críticas para la vida marina y las comunidades locales”.
De esta forma, los investigadores de Exeter desarrollaron un método para monitorear los ” presupuestos de carbonato de los arrecifes: la producción neta o erosión de la estructura del arrecife a lo largo del tiempo. Estos balances de carbonato son un predictor clave de la capacidad del arrecife para crecer, mantenerse al día con el aumento del nivel del mar, proteger las costas de las tormentas y proporcionar hábitat para los animales del arrecife. Para evaluar si estas funciones de los arrecifes regresan después de la restauración de los corales y con qué rapidez, se midieron los balances de carbonato en los sitios de restauración de arrecifes de Marte que fueron restaurados hace unos meses, un año, dos y cuatro años, así como en sitios de control degradados y saludables.
En los años posteriores al trasplante de coral, la cubierta de coral, el tamaño de las colonias de coral y las tasas de producción de carbonato se triplicaron, y después de cuatro años, los sitios de restauración eran indistinguibles de los arrecifes sanos cercanos en todos los parámetros investigados. Esto significa que después de sólo cuatro años, los arrecifes restaurados están creciendo a la misma velocidad que los arrecifes sanos, proporcionan un hábitat similar para la vida marina y protegen eficientemente la isla adyacente de la energía de las olas y la erosión.
Sin embargo, como los fragmentos de coral trasplantados son una mezcla de diferentes tipos de corales ramificados, la composición de la comunidad en los sitios de restauración difiere de la de los arrecifes sanos, que además albergan muchos corales incrustados y con forma de rocas. Esto puede afectar la provisión de hábitat para especies marinas más grandes y la resiliencia a futuras olas de calor, ya que los corales ramificados son más sensibles al blanqueamiento.
A modo de conclusión, Tim Lamont, de la Universidad de Lancaster, quien inició la colaboración en la investigación, añade: “Este es un descubrimiento realmente alentado. Si podemos mantener condiciones climáticas que permitan la supervivencia de los corales, es posible restaurar incluso arrecifes muy dañados a sistemas saludables y funcionales en períodos de tiempo relativamente cortos”.