Tener a un perro como mascota ayuda a los niños a reducir los niveles de ansiedad, en particular la provocada por cuestiones sociales y de separación.
De acuerdo con un estudio realizado por el Centro Médico Bassett en Nueva York, los menores que tienen a un perro en su casa tienen más facilidad para sostener conversaciones y romper el hielo con las personas que acaban de conocer.
La investigación se realizó con 650 niños a partir de los 18 meses de edad, a quienes se les hizo una evaluación de ansiedad, descubriendo que el 12 por ciento de los niños con perros tuvieron menos episodios de angustia o incertidumbre que aquellos que no tenían perros.
Los expertos señalan que interactuar con un perro amistoso también baja los niveles de cortisol, hormona que es liberada cuando hay estrés.