¿A qué le tiran quienes denuncian al segundo síndico de Toluca, Francisco Emmanuel López Barrera por sus ausencias al trabajo y en consecuencia de sus viajes de entretenimiento y recreación?
¿Por qué no cuestionan directamente al que concede los permisos, al igual que las razones y justificaciones dadas por y a favor del funcionario municipal?
A propios y extraños les puede molestar que el hijo de la ex alcaldesa de Toluca, María Elena Barrera, disfrute la vida con recursos públicos sin trabajar pero no ha cometido ninguna falta grave que se le pueda imputar, si revisamos con detenimiento la Ley Orgánica Municipal.
De esta condición sabe el propio treinteañero; así que la culpa no es de él sino de quien lo hizo compadre. De quien le concede ausentarse y de quienes lo colocaron a cargo de la procuración, defensa y promoción de los intereses del municipio.
Estos errores se pagan muy caro y además de la impunidad se hacen acompañar de burla y desfachatez.