Los visitantes al Nevado

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Ya pasó el papa Francisco por territorio estatal, así que retomemos uno de los temas que nos han tenido con el foco rojo en esta ciudad capital: los visitantes del Nevado.

A simple vista pareciera que todos los que deciden ir al Nevado lo hacen bajo su propio riesgo y por tanto, son culpables de los extravíos y posible fallecimiento.

Y sí, en parte somos responsables por hacerle al explorador y al esquiador sin contar con la vestimenta, equipo y entrenamiento físico para ello.

Pero, ¿qué hay de las autoridades?, se supone que como tales pueden vigilar y prohibir el acceso a los visitantes al Nevado. ¿Lo hacen?, ¿Existen letreros con las indicaciones o requerimientos mínimos para subir la montaña?, ¿hay horarios?, o ¿todos pueden hacer lo que quieran al fin que nadie les dice nada?

Acudir al Nevado es una experiencia de vida pero también un riego. Y los visitantes lo tenemos que asumir de esta manera. Pero también las autoridades tienen que poner las reglas, establecer los límites y hacerlos cumplir.

Las reglas nos protegen del peligro.

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