La magnitud de manifestaciones de colectivas el 8 de marzo en la capital mexiquense reflejan la rabia y del hartazgo y están sustentadas en una falta de respuestas y mecanismos para la atención de la violencia en contra de las mujeres y de manera muy particular respecto del tema de feminicidio, así lo consideró la coordinadora de la Especialidad en Género, Violencia y Políticas Públicas de la Universidad Autónoma del Estado de México, Itzel Hernández Lara.
La especialista señaló que la atención de la sociedad no debe estar enfocada sobre los daños y las pintas que se efectuaron en inmuebles, el debate, dijo, es ver cuáles han sido las acciones efectivas del estado para dar solución a los problemas de feminicidio.
Comentó que estas protestas adquieren legitimidad en cuanto no se ha atendido a cabalidad el tema de la violencia en contra de las mujeres y de igual manera no se han visto resultados que sean accesibles, visibles y que se puedan socializar de primera mano.
Es probable, refirió, que las autoridades estén llevando seguimientos de los casos, pero no parece haber un cambio que sea palpable. Entonces, agregó, estas manifestaciones no son otra cosa que una falta de respuestas. Además, no tendrían ninguna razón de ser si ya se hubiese dado una solución, si las mujeres vivieran libres de violencia.
