Mantenimiento y cuidado

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Visité hace un lustro una ciudad de Estados Unidos que ni viene al caso señalar. Volví hace unas semanas, y regresé, por razones que no tengo ganas de explicar, a un parque público. No quiero entrar el detalles del asunto, sólo quiero decir que el paso del tiempo se nota, que hay un desgaste natural en las instalaciones como bancas, juegos o barandales, no así en las áreas verdes. Pero se trata de eso, de un desgaste que va de la mano del paso del tiempo.

Lo señalo porque en el caso de los parques públicos en México ocurre un fenómeno distinto: se deteriora todo y de manera muy acelerada. Donde había una banca ahora hay un pedazo de banca y donde había un columpio ahora hay cadenas y tubos.

No es que el tiempo pase más de prisa en México o tenga la mano más pesada. No. Aquí siempre hay alguien que destruye por destruir, que rompe por romper, que revienta por reventar, que arruina por arruinar. Pero no estoy diciendo que en Estados Unidos las personas sean mejores que en México, lo que estoy diciendo es que en la república mexicana nos falta conciencia para cuidar lo que es de todos.

Y a los gobiernos les falta conciencia para destinarle dinero a la conservación, mantenimiento y protección de lo que es de todos.

Sucede en los parques, las escuelas y en general en los espacios públicos.

La recuperación de los espacios de convivencia pasa por la asignación de presupuestos para su mantenimiento y cuidado. Ojalá esos presupuestos lleguen algún día.

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