Marchas de mujeres comienzan a estigmatizarse como violentas

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Al presentar el más reciente informe de Amnistía Internacional, Norma González Benítez, coordinadora de análisis e incidencia de este organismo en México, detalló que si bien las violaciones a derechos humanos y las detenciones arbitrarias son vistas durante las manifestaciones, en las marchas realizadas por mujeres la violencia contra se utiliza de una forma mayor, y no solamente por parte de autoridades sino también de la propia sociedad.

Violaciones a derechos humanos, detenciones arbitrarias, y en general, la violencia contra marchas, es mayor cuando son realizadas por mujeres; -a pesar de que estas marchas son precisamente- por la violencia contra ellas, aunada a la exigencia de derechos sexuales y reproductivos, afirmó Norma González Benítez, coordinadora de análisis e incidencia de Amnistía Internacional (Imagen Manuel Luna | Fotos: redes).

“Cuando estas manifestaciones son encabezadas por mujeres, además de estas violaciones a derechos humanos que observamos comúnmente, hay otras que tienen una connotación muy fuerte de género” aseveró.

Informó que de los hallazgos más importantes, se encontró que comienza a instaurarse una clara estigmatización de las marchas como violentas, principalmente con las declaraciones de las autoridades referente a actos de violencia por mujeres, así como provocaciones contra las autoridades.

“Uno generalizó al contingente de violento, y que además fue una provocación de las propias autoridades para que intervinieran, dejándose de lado los motivos por los cuales las mujeres salimos a manifestar, esto es terrible (…) y después la propia sociedad las hace propias, concuerdan con este tipo de discursos”.

Refirió que este efecto se da tras haberse potencializado el discurso de la autoridad a través de algunos medios de comunicación, por lo que la propia sociedad estigmatiza a este tipo de marchas. Y además son atacadas y estigmatizadas por la sociedad a través de las redes sociales, incluso sin considerar las agresiones y comentarios machistas y misóginos por parte de la policía.

Refirió que esta estigmatización se cruza con otras formas de exclusión y marginación, ya que incluso fuera de la capital del país, como es el caso del estado de México:
“Muchas de las mujeres, lo que nos decían en las entrevistas es que los policías cuando las agredían lo que les decían ‘Aquí no estás en la ciudad de México’, como diciendo ‘Aquí si te vamos a …’, y pónganle los signos de interrogación que puedan”.

También se encontró que la violencia fue basada en el género, con traslados de rutas inusuales es decir, el traslado que debía durar 5 o 10 minutos, se convirtieron en una hora mientras recibían amenazas y agresiones físicas y verbales en razón de género.

Recordó que la violencia sexual no puede ser usada como táctica de control de protestas pues es considerada tortura.

Normalizar esta estigmatización y el incremento en la violencia contra las marchas realizadas por mujeres, paradójicamente va en contra de lo que de acuerdo con González Benítez es una constante en estas marchas; pues son precisamente para manifestar la violencia contra ellas, aunada a la exigencia de derechos sexuales y reproductivos.

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