Sigo reflexionando sobre los datos de la encuesta del Centro de Planeación Estratégica y Prospectiva Política. Si alguien, como el arriba firmante, se pregunta cuánto pesará en la elección presidencial, de senadores, diputados federales, legisladores locales y ayuntamientos, el sentimiento de hartazgo social, existen claves en la encuesta levantada por el equipo de Juan Carlos Villarreal Martínez.
Un indicio directo en la pregunta “Cuando usted vota, ¿qué tipo de emoción influye más en su decisión?”
Uno de cada cuatro electores contesta que lo mueve votar como una forma de protesta o de rechazo al gobierno.
El sentimiento de repudio es muy elevado.
Además, casi uno de cada tres encuestados asegura que ya decidió su voto antes incluso de las campañas electorales.
Si a las motivaciones se suma el hecho de que prácticamente seis de cada 10 encuestados identifica como el problema número uno la inseguridad, tenemos un caldo de cultivo desfavorable para el partido en el gobierno federal. Es tan grave esta percepción que ninguno de los demás problemas identificados por los vecinos de Metepec rebasa el cinco por ciento de las menciones.
La interrogante que subyace es: ¿quién capitaliza el rencor social? Y otro más concreta aún, dado que todavía está fresca la elección de gobernador en la que triunfó Alfredo del Mazo Maza: ¿hasta qué punto será capaz de aglomerar ese sentimiento la dupla Delfina Gómez-Higinio Martínez?
Son preguntas.
