Ahora fue el estado de Puebla el que entró en emergencia por el COVID-19 ante lo cual se ha declarado estado de emergencia en salud y la suspensión de actividades esenciales hasta el 11 de enero.
En ese estado de la república, como ocurre en otras partes, la gente no ha dejado de salir a las calles a llevar a cabo asuntos comerciales y de servicios.
Sin embargo, así como las autoridades quieren que se mantenga la gente en casa, hay que poner sobre la mesa que millones de personas viven al día, o, la mayoría. Esto es, con base en el INEGI, en México cerca del 57 por ciento de los trabajadores se desempeñan en el sector informal, de ahí que sus ingresos sean variables y por jornada laboral.
A esta realidad se agrega que no hay claridad en los apoyos económicos que se brindarían a las personas y empresas para que atiendan a las indicaciones. Para la gente que deja de trabajar y se confina, lo mismo que para las empresas que cierran significa dejar de obtener ingresos y poner en riesgo su sobrevivencia además de saberse sin el menor respaldo. El hambre y la necesidad son canijas.
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