Un grupo de cirujanos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizó con éxito tres operaciones para corregir la espina bífida, malformación que se da en uno de cada mil embarazos y la cual se estima que en México está presente en 250 mil al año.
Desde el vientre de su madre, tres bebés fueron salvados de múltiples discapacidades que los hubieran afectado en la edad adulta, al corregir su espina bífida con una cirugía fetal.
Un grupo de médicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fue el que practicó las tres operaciones exitosas, de las primeras neurocirugías de ese tipo que se realizan en el país.
La espina bífida es la principal causa de discapacidad en México. “La cirugía consiste en una especie de cesárea, en la que participan muchos médicos; el bebé debe estar en posición boca abajo para poder operar la columna”, explicó el especialista Rogelio Cruz Martínez.
El investigador clínico, asociado a la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo del Instituto de Neurobiología de la UNAM campus Juriquilla, dijo que el feto es anestesiado y se llega a él a través de una incisión en el útero de la madre.
En ese momento el cirujano, acompañado por un equipo de expertos, comienza su labor para corregir el defecto, procedimiento en el que se lleva aproximadamente dos horas.
“Vemos una cicatrización perfecta en el área dorsal. Es una reparación perfecta pero sobre todo vemos que tienen una adecuada movilización de las piernas”, narró el especialista mientras presentaba un video sorbe los resultados de la cirugía.
El equipo estuvo conformado por ocho especialistas mexicanos del grupo de Cirugía Fetal de Querétaro y tres especialistas del equipo de Cirugía Fetal de la Clínica Los Condes de Santiago de Chile.
Las tres madres que fueron sometidas a la intervención, dos de ellas ya con sus bebés en brazos y una aún embarazada, agradecieron la dedicación y esfuerzo de los cirujanos.
Yesenia Quintero, la primera mujer que fue sometida al procedimiento, originaria de San Luis Río Colorado, Sonora, confesó que el aborto fue lo primero que llegó a su mente al saber de la enfermedad de su hijo.
Otro caso es el de Maricela Pacheco Velázquez, de 27 años de edad, de Querétaro, cuyo bebé fue operado a las 23 semanas de gestación. Es su primer hijo, y lo tiene en sus brazos.
Mientras que Ana Harumi Hayashida Carrillo, de 42 años, aún está embarazada de su primer bebé; supo que había problemas a las 25 semanas de gestación y fue intervenida una semana después. “Cuando nos enteramos de los beneficios de la cirugía fue una gran esperanza», más cuando veo a los que ya nacieron, dijo.
La espina bífida a nivel embrionario es un tipo de defecto del tubo neural; es decir, la columna vertebral del feto no se cierra completamente, por lo que queda expuesto el tejido nervioso, provocando daño cerebral, hidrocefalia, aumento de tamaño de cabeza, invalidez en las piernas, incontinencia de esfínteres y disfunción sexual en la vida adulta.
El proyecto de cirugía fetal nació en 2012 en la UNAM campus Juriquilla en colaboración con la Secretaría de Salud de Querétaro y el grupo de especialistas de la Fundación Medicina Fetal México.
Para 2016, el mismo equipo de especialistas diseñó el proyecto nacional de corrección intrauterina de espina bífida.
“Iniciamos el proyecto en 2012 y operamos 25 casos en un año, después fueron 60 en el siguiente, 80 en el tercero, y ahora estamos operando un promedio de 100 casos al año de las diferentes enfermedades”, detalló.
De acuerdo con los especialistas, la espina bífida se da en uno de cada mil embarazos y se estima que cada año se presenten 250 mil casos nuevos en México.
*Agencia iD