El orujo es el desperdicio que se genera en los viñedos durante los procesos de elaboración de vino y jugo de uva, sobrantes que son usados por el ingeniero bioquímico del Instituto Politécnico Nacional, Carlos Antonio Eldar Guzmán Nieves para elaborar productos de belleza.
De acuerdo con el investigador mexicano con el orujo se pueden producir cremas, lociones y bálsamos para el rostro y cuerpo con propiedades anti envejecimiento.
Además de fabricar productos para reparar células dañadas por la radiación solar.
Guzmán Nieves señala que los compuestos fenólicos presentes en el desperdicio de la uva también tienen propiedades funcionales o nutracéuticas que pueden auxiliar en la prevención de enfermedades crónico-degenerativas y ciertos tipos de cáncer, además de que pueden ser usados para la conservación y mantenimiento de propiedades nutritivas en alimentos y bebidas para consumo humano.
La innovación de nombre Orusan, ya cuenta con patente y se prevé que a finales de año los productos de belleza estén en el mercado mexicano.