De tres a siete kilos son los que subieron mexiquenses durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19, debido a la falta de actividad física y la ingesta de alimentos poco saludables y ricos en azúcar.
Es por ello que muchos se han dado a la tarea de regresar a los gimnasios, y retomar sus actividades, esto a pesar del riesgo que representa, pues mencionan que el encierro no solo los afectó físicamente, pues también tuvieron cuadros de ansiedad que buscan liberar a través del ejercicio.
Para ello, reconocen que van a incentivar sus medidas de higiene, y sana distancia, esto al acudir solo en horarios específicos, con el objetivo de evitar aglomeraciones y siempre hacer uso de gel antibacterial.
El uso de cubrebocas, es indispensable; sin embargo, algunas personas refieren que al hacer ejercicio es complicado y malo para la salud, por lo que buscan otras opciones como caretas especiales, a fin de cumplir con la regla y no poner en riesgo su salud.