Tras reconocer que efectivamente no hubo el regreso masivo de «paisanos» como se había pronosticado, José Luis García González, dirigente del Frente de Campesinos, Indígenas y Jornaleros de la entidad, informó que muchos de los que llegaron tuvieron que ingresar a las filas del ambulantaje.
«La mayoría de estas personas no ven al campo como su principal actividad, porque no constituye una alternativa, ya que en Norteamérica se empleaban en la industria de la construcción», precisó.
García González explicó que «el problema es que cuando intentan integrarse al mercado laboral como albañiles, no hay trabajo y tampoco obtienen ingresos parecidos a los que ganaban».
«Allá les pagan entre 7 y 9 dólares la hora, mientras que en México obtienen el salario mínimo, que es de 56 pesos al día; obviamente, ello no es similar a lo que estaban acostumbrados, por lo que optan por enuevas técnicas de construcciónl comercio informal».
Sostuvo que ante esta realidad, «es necesario que se aplique una política especial con la gente que viene al país, ya que se trata de trabajadores con experiencia, disciplinados y con que podrían aprovecharse».