Este martes inició el análisis en la Comisión legislativa de Legislación y Administración Municipal, de la iniciativa que presentó el diputado Isaac Montoya Márquez para fortalecer a los ayuntamientos en el combate a la corrupción, y para ello, de acuerdo con el diputado, buscan que las Contralorías gocen de una auténtica autonomía.
“Lo irónico, lo absurdo de todos los casos que nos hemos enterado de corrupción, de sospecha desviación de recursos, es que la contraloría que es quien debería vigilar el uso de los recursos públicos, recursos humanos, en una administración, es nombrada por el propio alcalde o alcaldesa, y entonces la propuesta está encaminada a que no sea así”.
Dijo que se deben imponer criterios, así como sucede cuando se nombra al responsable o al director encargado de Derechos Humanos, donde hay un proceso abierto a la ciudadanía y una convocatoria con reglas que permiten que haya una mayor deliberación, para que lleguen personas probadas ante la sociedad, por su honorabilidad y que no sean producto de un capricho o de un movimiento táctico de los alcaldes, para que la persona que ocupe el cargo les cubra la espalda.
“Al contrario, la idea que traemos o que estamos proponiendo, es que se elija a alguien que realmente represente el interés ciudadano y no el interés del poder en turno, y que su periodo de este encargo se amplíe para que sea 4 años, lo cual significa que el alcalde que llegue o alcaldesa no tenga injerencia en la que se nombra, sino que ya venga de procesos pasados y de esa manera impedir y evitar toda tentación de captar o controlar los órganos internos de control”.
Finalmente señaló que la Contraloría deberá tener alguna relación con el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (Osfem), para que haya vinculación directa y reportándose de forma constante de lo que se llegue a encontrar o evidenciar en los municipios, y en los que tendrá que actuar el Osfem, además de vincular con la Comisión de Vigilancia del Osfem en la Cámara de Diputados, pues tiene que ser integral y garantizar que no quede como una buena intención.