Y tú que dices, ¿Donald Trump odia a los mexicanos? Al menos su discurso está cargado de rechazo; de estigmatizaciones y generalizaciones negativas. Ha calificado a los migrantes mexicanos de portadores de problemas, drogas, crimen y violación; dijo que México no es amigo y está ahogando económicamente a la Unión Americana. Ahora con las manifestaciones en California declaró la “invasión extranjera” y un ataque contra la soberanía nacional de Estados Unidos.
De fondo, Trump está implementando una estrategia política que busca movilizar a su base electoral promoviendo una narrativa de «reemplazo» de la población en Estados Unidos y presentarse como el defensor de la identidad nacional tradicional.
Asimismo, la crisis del capitalismo global ha creado un caldo de cultivo para que Trump fortalezca su discurso xenófobo, utilizando la inmigración como chivo expiatorio para canalizar el malestar social.
Sin embargo, el resultado inmediato es que está deshumanizando a los migrantes, violando derechos humanos fundamentales y debilitando los valores democráticos de Estados Unidos. Es decir, los inmigrantes merecen un trato digno y un proceso legal. La política migratoria de Trump refleja una ruptura con ideales que la Unión Americana proclama. Y su discurso hacia los mexicanos carece absolutamente de toda ética.
