México ocupa el primer lugar en obesidad infantil, 4.1 millones de niños entre 5 y 11 años de edad son obesos. Por ello para evitar enfermedades en etapas posteriores es importante que el lunch que se proporciona a los niños sea nutritivo y fácil de llevar.

La nutrióloga Montserrat Vallejo Vilchis, adscrita al Hospital de Gineco Obstetricia No. 221 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Delegación Estado de México Poniente, explicó que es importante involucrar a los niños en la planeación y darles a elegir alimentos que prefieran consumir, siendo recomendable incluir alimentos de los diferentes grupos en cantidades adecuadas con la edad, así como agua natural suficiente para prevenir la deshidratación.
La porción recomendada de frutas y verduras es de una manzana pera o una taza de fresas, dos o tres guayabas o media taza de jícama.
Vallejo Vilchis mencionó que en cuanto a alimentos de origen animal se refiere deben consumirse de 30 a 45 gramos, lo equivalente a dos rebanadas de pechuga o jamón de pavo, una pieza de huevo o 125 mililitros de leche o yogur.
Del grupo de los cereales la porción recomendada es de una a dos rebanadas de pan de caja, una o dos tortillas de maíz, de cuatro a ocho galletas, media telera sin migajón o media taza de cereal sin azúcar.
La porción recomendada de grasas es de cuatro a seis almendras o nueces, una cucharada de mayonesa, o media cucharadita de crema o tres cucharadas de cacahuates, detalló la nutrióloga.
Sugirió algunos ejemplos de cómo deben combinarse estos alimentos de manera saludable: lunes (atún con mayonesa, lechuga y granos de elote, acompañado de galletas y agua natural); martes (yogurt con fresas, barra de cereal y agua natural); miércoles (sándwich de queso panela con lechuga y jitomate, melón picado y agua natural); jueves (huevo duro con limón, palomitas de maíz naturales, manaza picada y agua natural); viernes (torta de jamón de pavo con mayonesa, jícamas con limón y chile, nueces y agua natural).
Concluyó que en el IMSS Estado de México Poniente se promueve la importancia de un refrigerio saludable que proporcione a los niños, los nutrimentos necesarios para un mejor rendimiento escolar y evite padecimientos a futuro.