Docenas de personas están que revientan con el nuevo Hoy No Circula que en realidad es el viejo Hoy No Circula.
Sí, el Hoy No Circula original no tenía holograma cero o doble cero, así que los automóviles se quedaban encerrados una vez a la semana. Al menos eso cuenta la leyenda, porque nunca he tenido la dicha, satisfacción, o como se llame, de vivir o laborar en la meritita capital de la república mexicana —ahí donde se adquiere el gentilicio de chilango—. Es decir, no me consta.
Pero de que así era la cosa, así era: los autos dejaban de circular una vez a la semana. Exactamente de la misma manera que ocurrirá a partir del próximo martes 5 de abril y hasta el 30 de junio.
Así que recomiendo que no se azoten. Ya sé que los mexicanos en la actualidad todo lo vemos mal, que creemos que todo está del carajo, y que estas decisiones le echan más leña al fuego.
Pero el ya extinto Distrito Federal sobrevivió a ese Hoy No Circula. Y sobrevivirá a este.
La medida no es del agrado de centenares, miles o millones de personas. Pero la vida en sociedad exige que acatemos las reglas de convivencia, incluyendo las que no nos parecen o no nos acomodan. Es necesario.
Y cuando el Hoy No Circula no les toque a los que no les gusta la medida, hasta van a sentir bonito manejar con un millón de autos menos en circulación.