Por la estructura volcánica y la elevada altitud que tiene el Valle de Toluca, cuyo promedio es de dos mil 660 metros sobre el nivel del mar, las ondas sísmicas originadas en Guerrero, Oaxaca o Chiapas, no son tan fuertes, ya que son amortiguadas por la roca volcánica y los cerros, como el de La Teresona y Coatepec, en la ciudad de Toluca, por consecuente, las posibilidades de colapsos de inmuebles, como viviendas o edificios, son mucho menores con relación a los de la Ciudad de México.
Aún así, lo que se debe hacer en el Valle de Toluca, es “construir mejor, planificar mejor las calles, las ciudades y los puentes, toda la infraestructura que tiene que ver con las comunidades, con las ciudades, tienen que hacerse con mejores materiales, porque gran parte de los daños del sismo del pasado 19 de septiembre, en la Ciudad de México, se debieron a que los edificios tenían estructuras muy endebles, muy frágiles, con columnas muy estrechas, muy delgadas y la magnitud de sus pisos muy delgados, posiblemente menor a los 10 centímetros, cuando una loza debe ser de 10, de 12 centímetros sujetados a anillos”, recomendó Carlos Constantino Morales Méndez, geógrafo de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
Advirtió que el Valle de Toluca, por estar en la sierra volcánica transversal, esta lleno de fracturas, principalmente en las cordilleras de ríos o arroyos, por lo que las viviendas, deben ser revisadas constantemente, “porque son lugares propensos a sufrir daños ante un sismo de magnitud superior a los seis grados de intensidad”.
