Estamos muy cerca de que el presidente López Obrador cumpla su primera semana de gobierno. Y parece que la opinión publicada sigue tan dividida como semanas antes o días después de la elección del pasado 1 de julio.
Muchos siguen sin digerir la derrota de sus candidatos o partidos y muchos siguen festejando la victoria. Las descalificaciones son numerosos, tantas como los baluartes del hoy presidente. Chairos y fifís enfrascados en un debate interminable.
La camorra en las redes sociales es la constante.
Quién sabe durante cuánto tiempo este será el clima del ánimo de quienes publican sus opiniones en la internet.
Unos parecen esperar ansiosos el milagro y otros parecen desear fervientemente el fracaso.
Nada como un mexicano para apabullar a otro mexicano. La burla, la crítica, el sarcasmo, la ironía, el insulto, la ofensa. La violencia verbal en todas sus posibilidades y formas. Entre mas hiriente, mejor.
La herramienta Tweetreach permitió ver que en apenas dos horas los usuarios de Twitter en México pudieron ver 80 mil menciones de la palabra chairo y otros 76 mil menciones del despectivo fifí.
La polarización y la polémica son permanentes en Twitter. Diría que es normal a esta red social. Pero cuando la división y el conflicto están tan produndamente enconados ya es tema de preocupación. Porque divididos nos quedaremos estancados.
