El pequeño priista

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El fallecido dirigente panista Carlos Castillo Peraza acuñó muchas frases y citas citables. En una de ellas aseguró que todos llevábamos un pequeño priista dentro.

No se ofendan sus mercedes. Los politólogos se han encargado de explicar que todos aquellos que se dedican a la política han sido moldeados por ese estilo tan peculiar de actuar en la vida pública que durante décadas impuso el Revolucionario Institucional. Fueron 70 años y eso, quiérase o no, deja honda huella en el comportamiento y el subconsciente.

De ninguna manera me refiero a algo que tenga que ver con las ideologías. En cada partido, movimiento, organización y formación política hay muchas variantes en términos de pensamiento. Incluso entre los priistas han distintas ideas al abordar la política y asuntos particulares en ella. El arriba firmante se refiere a la acción y ejecución. De hecho, a los rituales, la cortesía, la oratoria, los usos y costumbres — entre los que eran inconfundibles los del priismo mexiquense, muchos ya convenientemente  olvidados—.

Lo del pequeño priista se le apareció como revelación este domingo al arriba firmante, en el marco de la consulta de revocación de mandato (consulta que no tiene significado legal, pero sí lo tiene en materia política, de medición de preferencias y de acciones para agradar el tlatoani, al que, de forma imperecedera, las estructuras partidarias buscan complacer).

Me refiero a las imágenes del acarreo de votantes, al que se prestaron dirigentes de Morena, el partido del presidente, es una de esas expresiones de la cultura política que forjó el priismo. En el pasado eran camiones de redilas manejados por los dirigentes, en donde los votantes se trasladaban de casilla en casilla para aumentar la ventaja de los candidatos del partido oficial, ante la generosa mirada de las cúpulas. En el presente, los dirigentes se prestan a trasladar a los votantes a sus casillas con el mismo propósito, en vehículos de pasajeros y hasta con video includo. 

Y el “pequeño priista que todos llevamos dentro” se manifestó también, previamente, cuando los activistas en favor del presidente de la república visitaron a los electores para invitarlos a participar en la consulta. En el caso de los adultos mayores, al encontrar una eventual negativa, el argumento para convencerlos fue la pensión que les entrega el gobierno federal. Igual que lo hacen los priistas con sus respectivos programas y como lo hacían en el pasado no tan remoto.

Prácticas y normas no escritas que reproducen métodos antiguos y negativos. Los mismos modelos para hacer política electoral, aunque los morenistas digan que no son iguales. Además, en la era de las comunicaciones, cualquiera armado de un teléfono celular convertido en cámara de video, puede dejar testimonio de la herencia tricolor. Su pequeño priista interior. Les guste o no.

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