Y así como el presidente de la república continúa en sus conferencias de prensa mañaneras refiriéndose a los opositores como conservadores e hipócritas, mantiene su discurso de ataques y culpabilidad hacia el expresidente Felipe Calderón Hinojosa por enfrentar al narcotráfico y hacerse de funcionarios como Genaro García Luna. Llama en esto la atención que el mandatario mexicano no se refiera en ningún momento al expresidente Peña Nieto y a sus escándalos.
Recordemos por ejemplo los altos índices de delincuencia al registrar en 2017 el año más violento en dos décadas; que no se conoció una estrategia para reducir la violencia y la fuga de El Chapo del penal de Almoloya.
Tampoco habla nada de Peña sobre los casos de gobernadores y funcionarios de alto nivel involucrados en desvío de recursos, el despilfarro de recursos de la administración pasada, las consecuencias y daños de la corrupción en Pemex con la dirección de Emilio Lozoya; no ha dicho algo del rol del gobierno la desaparición de los 43 de Ayotzinapa y de la Casa Blanca de Peña Nieto nada más mencionó que querían comparar el caso con la Mansión Gris de su hijo.
La pregunta es pues, ¿por qué protege a Peña Nieto o lo evita en responsabilidad pública? Si se va a hablar de problemas del país heredados y a culpar a los anteriores gobernantes, ¿no tendría que arrasar parejo?